El asbesto, una vez considerado un material milagroso por su resistencia al calor y a la corrosión, ha demostrado ser extremadamente nocivo para la salud humana y el medio ambiente. A pesar de las crecientes preocupaciones y la evidencia abrumadora de sus efectos adversos, algunos países aún permiten su uso en diversas aplicaciones industriales, incluidas las láminas comprimidas y los materiales de aislamiento y sellado de fluidos. En este artículo, exploraremos por qué el uso de asbestos en la industria debería ser completamente abolido, y por qué es fundamental que las áreas de control de calidad y sustentabilidad lideren este cambio hacia alternativas más seguras y sostenibles.
Hasta la década de 1980, el asbesto se utilizaba profusamente en más de 3.000 productos industriales y comerciales en Estados Unidos. Los esfuerzos por prohibir completamente las fibras se vieron frustrados en 1989, cuando la Norma de Prohibición y Eliminación del asbesto de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos se modificó para permitir productos con un historial de uso de asbestos.
Riesgos del Asbesto para la Salud:
El asbesto es conocido por causar una variedad de enfermedades respiratorias graves, incluyendo el cáncer de pulmón, mesotelioma y asbestosis. Estas enfermedades pueden desarrollarse después de una exposición prolongada o incluso corta al asbesto, y los efectos pueden ser devastadores para la salud de los trabajadores de la industria y las comunidades circundantes.
El peligro que representa este mineral surge cuando se distribuye por el aire y es inhalado por las personas de la zona. No sabría si estuviera respirando aire que contenía asbesto, ya que las fibras dañinas no son lo suficientemente grandes como para verlas y no tienen olor.
Una vez dentro del cuerpo, estas fibras pueden alojarse dentro de los pulmones y degradar gradualmente la capacidad de los pulmones para realizar funciones básicas. Uno de los problemas que condujo al uso común del asbesto durante tanto tiempo en tantas industrias es la demora entre la exposición y los síntomas. En la mayoría de los casos, se necesitará al menos una década para que se produzcan efectos negativos para la salud y, en algunos casos, serán varias décadas. Si bien las empresas de la industria del asbesto conocían estos riesgos mucho antes de que se regulara, las acciones legales solo comenzaron cuando las personas afectadas se enfermaron y se pudo establecer una conexión con la exposición al asbesto.
Impacto Ambiental:
Además de representar un riesgo significativo para la salud humana, el asbesto también tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Cuando los productos que contienen asbesto se descomponen o son desechados, las fibras de asbesto pueden liberarse al aire y al agua, contaminando el suelo y los recursos naturales. Esta contaminación puede persistir durante décadas, causando daños ambientales a largo plazo.
Alternativas Seguras y Sostenibles:
Afortunadamente, existen alternativas seguras y sostenibles al asbesto que pueden cumplir con las mismas funciones en la industria. Por ejemplo, los materiales de aislamiento y sellado libres de asbestos, como la fibra de vidrio, la lana mineral y el caucho sintético, ofrecen una protección comparable sin los riesgos para la salud asociados con el asbesto. Además, estos materiales son más respetuosos con el medio ambiente y pueden contribuir a una operación industrial más sustentable. TEADIT y sus productos para sellado de fluidos son un ejemplo de esto.
Liderazgo de las Áreas de Control de Calidad y Sustentabilidad:
Es responsabilidad de las áreas de control de calidad y sustentabilidad liderar el cambio hacia el abandono total del uso de asbestos en la industria. Al adoptar políticas y estándares estrictos que prohíban el uso de asbestos y promuevan el uso de alternativas seguras, estas áreas pueden proteger la salud de los trabajadores, minimizar el impacto ambiental y demostrar un compromiso con la responsabilidad social corporativa.
Conclusión:
El uso de asbestos en la industria representa un riesgo inaceptable para la salud humana y el medio ambiente. Es hora de que los países que aún permiten su uso tomen medidas para abolir completamente su uso, y que las empresas adopten alternativas seguras y sostenibles. Al hacerlo, podemos proteger la salud de los trabajadores, preservar el medio ambiente y promover una industria más responsable y ética.